Alcaldesa Virginia Reginato destaca a los barrios como el corazón de Viña del Mar
Siempre he sido una convencida de que los barrios son la esencia de la vida ciudadana. El lugar en el que más allá de nuestras relaciones familiares, comenzamos a forjar lazos con el prójimo, nuestros vecinos. En la infancia compartimos tardes de alegría y juegos, en la juventud afianzamos amistades que muchas veces duran toda la vida y en la adultez somos actores relevantes del desarrollo de este territorio social íntimo y trascendental a la vez.
Siempre he sido una convencida de que los barrios son la esencia de la vida ciudadana. El lugar en el que más allá de nuestras relaciones familiares, comenzamos a forjar lazos con el prójimo, nuestros vecinos. En la infancia compartimos tardes de alegría y juegos, en la juventud afianzamos amistades que muchas veces duran toda la vida y en la adultez somos actores relevantes del desarrollo de este territorio social íntimo y trascendental a la vez.
Es en los barrios que forjamos un sentido de identidad y pertenencia que se proyecta desde nuestra calle, pasaje o plaza, hacia el resto de la ciudad. Ese es el gran valor del barrio y de la vida de barrio que, a mi juicio, enriquece y nutre a personas que se pueden transformar en una comunidad activa y agente de desarrollo local.
Es por ello que en mi gestión alcaldicia me he preocupado siempre de fortalecer la vida de los barrios viñamarinos, respetando la identidad de cada uno y la visión y sueños de las familias que lo habitan. Así como a las entidades públicas o privadas que con el tiempo se emplazan en ciertos sectores, otorgándoles un carácter que lo diferencian de otros barrios, convirtiéndose en atributos relevantes, especialmente en una comuna turística como Viña del Mar, siendo, además, sectores donde se generan emprendimientos y fuentes laborales que benefician a los habitantes de toda la ciudad.
Ejemplo del primer caso, y obedeciendo a la amplia cultura deportiva de la comunidad de Gómez Carreño, es la reciente inauguración del primer estadio público con cancha de pasto sintético de Viña del Mar, obra gestada en el marco de la 2ª etapa del Complejo Deportivo de este emblemático barrio.
El nuevo recinto cuenta con estándares FIFA y es apto para la práctica de fútbol, rugby, fútbol americano y muchas otras disciplinas. Ocupa una superficie de 20.480 m2, donde se emplazan zonas de esparcimiento para la familia, con áreas verdes y quincho, iluminación, camarines, baños públicos, graderías, accesibilidad inclusiva y cierre perimetral, gracias a una inversión de $100 millones financiados por el FNDR.
Por otro lado, deseo destacar que hace unos días el programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales de Sercotec, benefició a la Asociación Gastronómica y Cultural Barrio Poniente, compuesta por 65 locales, con $72 millones, los que suman otros $11 millones de inversión propia, para impulsar mejoras en su gestión y en su oferta comercial.
Con estos dos ejemplos, deseo expresar el compromiso del municipio y del mío como alcaldesa con los barrios de Viña del Mar, y de propiciar su desarrollo a partir de sus fortalezas, de sus características y atributos propios. Es decir, todo aquello que hacen del barrio escenarios vitales donde se fortalece el tejido social, nace la preocupación por nuestro entorno y la calidad de vida de la comunidad y donde se proyectan los sueños y anhelos de la ciudad en la que queremos vivir.